lunes, 9 de febrero de 2009

Obama, Cristina o la Hillary del sur y los descamisados

Honrad a vuestros ancestros
antes de que se pongan yertos

( antiguo proverbio judío)


En fin, pasan los años...Uno escucha tantas cosas aquí y allá y siempre la misma obsesión que le vuelve a uno.Querría uno... querría recobrar los sentidos perdidos de tantas palabras oídas y a la gente también que las articuló, las deglutió y las escupió, bien imbuídas ellas de todas las papillas cocinadas allá dentro, quién sabe dónde, entre los intestinos y más abajo aún, y que ya yacen convertidas en una fétida caricatura de sí mismas ... Deseo obsesivo en suma por saber qué diablos han podido querer decirnos en su momento, ajetreado que estaba uno como para prestar atención debida a esos ruidos más o menos cargados de sentido.

También por supuesto el viejo general Perón hablaba y hablaba y aun largaba discursos y peroratas e incluso escribía, polifacética que es la gente con su idea fija de vivir varias vidas, de ser no solo gobernante sino también sacerdote, político, filósofo, educador, váyase a saber cuántas cosas...Pero siempre llega uno tarde a esas entrevistas perdidas, a esas citas más íntimas con nuestros viejos fantasmas, y el sueño nos vuelve de oír cómo sonarían con el paso del tiempo tantas voces malogradas que se podría hacer un museo con ellas, la del viejo General por ejemplo que uno si apenas conoce por gravaciones o filmaciones, tan patético él, con tono de sermón dominical y voz tiplada, como surgiéndole de un dolor hondo, un dolor de allá dentro, con su peinado bien ceñido hacia atrás, engominado, un peinado curial dejando entrever un semblante pálido de elegido de algún dios ignoto...Nada que ver con aquél caudillo de voz más bien afeminada, en fin, dejémoslo...Uno hubiera querido ver de cerca las manos del general... Las manos lo muestran todo, unas manos de sacerdote por ejemplo son lo más parecido a las de un banquero...o un financiero... Siempre me han seducido las manos de los banqueros, hasta que descubrí que eran las mismas que las de un sacerdote con sus atezados movimientos y gestos e igual de húmedas y flácidas, unas manos lujuriosas a la postre y con demasiados dobladillos... Y también sus ojos me han seducido, enfebrecidos de escudriñar noche tras noche en recobecos bien oscuros de tanto deseo humano...

Pues bien, quedamos que el viejo General escribía, escribía discursos, algunos tal vez los recitaba Evita, siempre patética, como una llamada del desierto ante tantos descamisados, que como una comunidad de fieles asistían al augusto ritual... Si, al hablar incluso escribían ya...Tal vez con Obama tengamos una oportunidad insospechada hasta ahora de oír por fin la voz del viejo General, impregnado que está al parecer de los sermones y discursos de Perón , y capaz que incluso espigando aqui y allí alguna genial idea suya con que salir honrosamente del enorme desbarajuste que se le ha venido encima, todo él tostado como parece, casi negro, pero no descamisado él, sin embargo... Por fin será posible por una vez una cita con el pasado y oír de cerca una voz perdida de la que en su momento tuvimos la oportunidad de oír oscuras verdades que desoímos irrecusablemente, con tanta prisa como la vida nos aguijona el trasero siempre...

El presidente, ella, ha tenido acceso sin duda a esas resonancias de ultratumba, conoce su timbre y tono, como una Sibila puede que hasta la voz lejana del general llegue a sus organos de fonación y hable por ella, en una tonada bien diferente desde luego, uno diría sin ese eco fantasmagórico, sublimado, sacerdotal, profético casi, ese côté pathétique que la Gran Evita, la Única, sabía dar a la resonancia de sus palabras, que no es sino el tono de la elegía, todo el pandemonium de la poeseía antigua.en la Plaza de Myo...Juana de Arco y Safo a un tiempo...Pero en fin, sí, tal vez se trate de un puente con el mundo de ultratumba y para quienes vivimos en usual contacto con los fantasmas siempre una posibilidad única de oír a esas voces señeras del pasado a través de la tonada puritano -protestante de Obama en lugar del rancio visaje católico-romano-jacobino del General...O una versión en otra clave de la misma a través del semblante dicharachero, en ocasiones castizo, porteño a contrapelo, tan argentino en su discreta petulancia vulgar de esta Hillary del Gran Sur, nuestro presidente... Ah, de qué acopio de metamorfosis es capaz ese reino de lo todoposible que es la vida humana!

Xaber

1 comentario:

mrosen dijo...

por favor armá párrafos más espaciados esto no se puede leer. gracias