Al parecer, todo lo viviente tiende a camuflarse ¿ Simplemente para protegerse del exterior adverso? Así sería con los virus, a los que la capsula de proteinas que les rodea defendería de los ataques de la exterioridad con la conviven, es decir, de nuestro organismo y de la ingeniería de mecanismos de defensa con los que se protege: el virus se defiende de nuestro organismo como nosotros, nuestro cuerpo, se defiendede él. En concreto: con una capa de millones de proteinas. Su defensa significa entonces, de ser exitosa, la invasión de nuestro organismo, con lo que éste enfermaría o incluso moriría. Muerte y vida, sanación y enfermedad no serían en consecuencia sino conceptos meramente funcionales. Virus, virus aqui y alli, ¡qué fascinate ingeniería! Y una vez más la confirmación de lo mismo-no somos los únicos:hay quien piensa tanto o más que nosotros, bípedos dotados de inteligencia, lo que es lo mismo:que puede tanto o más. Es que solo somos virus para los virus que lo son a su vez para nosotros, para el cuerpo que somos. Así que el combate es abierto, las reglas de juego también. H1N1, virus de la gripe porcina: tal vez un anagrama por descifrar, un código secreto perteneciente al mundo de la magia. o acaso al satanismo, la cifra que resume al fin la apocatástasis, la cara oculta de las Divinidades Infernales ... Nos faltan los espacios vacíos, los interesticios que juegan entre las consonantes, las vocales no articuladas todavía del lenguaje primigenio...¿Y si fuera una anagrama del Tetagrama inefable? Su reverso entre los hombres, el enigma que se esconde en cada uno de nuestros actos y de nuestros sueños, en las oscuras superficies de los cuerpos, en la ingrávida belleza del rocío que preludia el gran combate que es siempre el día ...
Todo bajo control, el virus es benigno, tal es el santo y seña de la Autoridad, tal es el dogma al uso del día. Es más: el virus es relativamente- !este uso hiperbólico a contrapelo de los adverbios de los burócratas de turno! - benigno, peroran. Para los detectores de la doble verdad, ministerios, OMS un variedad exiguamente perniciosa del virus, de más baja peligrosidad que cualquier cepa de influenzia anual. Il faut pas s' affoler, dicen ellos, ah, una historia repetitiva una y mil veces, tantas veces vista...La cosa comenzó como siempre, no se sabe muy bien o mejor no interesa saberlo demasiado, es decir, no interesa que lo sepan ellos demasiado,una historia comenzada en algún sitio en cualquier granja de producción en serie de productos porcicos pertenecientes a alguna de las Transnacionales de los alimentos probablemente...Pero algo es cierto-el virus traspasó, penetró, la capa protectora de proteinas de las celulas humanas; el virus habita ya con nosotros, forma parte definitivamente de los corpúsculos infinitos que intengran nuestro cuerpo: él es parte integrante del mismo, su poder de afirmación lo constituye como compatible con el nuestro, puede amaranos, odiarnos, repugnarnos, alegrarse, entristecerse con nosotros, puesto que es capaz de conocernos. Puede hacernos morir, si no lo hacemos morir nosotros..¿ Y si fuera un combate universal, eterno de amor y muerte? El virus H1n1 ni es benigno ni maligno, ni poco ni mucho de ambas cosas. Simplemente constituye conjuntamente con nostros, con las partes de nuestro cuerpo, un nuevo cuerpo. una original composición que perpetúa, afirma, la idea de la idea de nuestro deseo del cuerpo, de nuestro cuerpo; con el virus tenemos en cómun la afección que vincula un cuerpo con otro, de forma que vencerá quien más pueda de los dos. Uno de nosotros ha de morir irrevocablemente como cada nota y su necesario intervalo de silencio entre dos sonidos que dice más que la línea melódica que prosigue su curso. Y habrá de vencer quien más sea capaz de afirmar la existencia de su cuerpo respectivo y recomponga su relacion básica, la que lo afirma como tal en otro sitio en algun espacio -vacío de tetragrama o en los vacíos en blanco del angrama H1N1, En otro lugar se habrá cosntituido entonces otro cuerpo otra relación de composición de otro organismo y nuevamente se establecerá en su momento el combate por quién más puede de uno u otro de los componentes de la nueva relacion, como una escala musical en el pentagrama del universo.A H1N1, Un cuerpo, un inteligente sensible, la pura música sobre el pentagrama de la Historia, acaso el ritmo de las Eríneas vengadoras sobre las trincheras de la Primera Gran Guerra, la Gran Pandemia de gripe de 1918 que sesgó la vida de entre 50 y 100 millones de seres humanos. La respuesta abierta, libre, de una cepa de virus por autoafirmarse en el poder en su composición física con otros cuerpos frente a la muerte gratuita, meramente endógena de los hombres. Los virus nos recuerdan en su nobleza que la muerte no es sino por accidente biológico.
Todo bajo control, el virus es benigno, tal es el santo y seña de la Autoridad, tal es el dogma al uso del día. Es más: el virus es relativamente- !este uso hiperbólico a contrapelo de los adverbios de los burócratas de turno! - benigno, peroran. Para los detectores de la doble verdad, ministerios, OMS un variedad exiguamente perniciosa del virus, de más baja peligrosidad que cualquier cepa de influenzia anual. Il faut pas s' affoler, dicen ellos, ah, una historia repetitiva una y mil veces, tantas veces vista...La cosa comenzó como siempre, no se sabe muy bien o mejor no interesa saberlo demasiado, es decir, no interesa que lo sepan ellos demasiado,una historia comenzada en algún sitio en cualquier granja de producción en serie de productos porcicos pertenecientes a alguna de las Transnacionales de los alimentos probablemente...Pero algo es cierto-el virus traspasó, penetró, la capa protectora de proteinas de las celulas humanas; el virus habita ya con nosotros, forma parte definitivamente de los corpúsculos infinitos que intengran nuestro cuerpo: él es parte integrante del mismo, su poder de afirmación lo constituye como compatible con el nuestro, puede amaranos, odiarnos, repugnarnos, alegrarse, entristecerse con nosotros, puesto que es capaz de conocernos. Puede hacernos morir, si no lo hacemos morir nosotros..¿ Y si fuera un combate universal, eterno de amor y muerte? El virus H1n1 ni es benigno ni maligno, ni poco ni mucho de ambas cosas. Simplemente constituye conjuntamente con nostros, con las partes de nuestro cuerpo, un nuevo cuerpo. una original composición que perpetúa, afirma, la idea de la idea de nuestro deseo del cuerpo, de nuestro cuerpo; con el virus tenemos en cómun la afección que vincula un cuerpo con otro, de forma que vencerá quien más pueda de los dos. Uno de nosotros ha de morir irrevocablemente como cada nota y su necesario intervalo de silencio entre dos sonidos que dice más que la línea melódica que prosigue su curso. Y habrá de vencer quien más sea capaz de afirmar la existencia de su cuerpo respectivo y recomponga su relacion básica, la que lo afirma como tal en otro sitio en algun espacio -vacío de tetragrama o en los vacíos en blanco del angrama H1N1, En otro lugar se habrá cosntituido entonces otro cuerpo otra relación de composición de otro organismo y nuevamente se establecerá en su momento el combate por quién más puede de uno u otro de los componentes de la nueva relacion, como una escala musical en el pentagrama del universo.A H1N1, Un cuerpo, un inteligente sensible, la pura música sobre el pentagrama de la Historia, acaso el ritmo de las Eríneas vengadoras sobre las trincheras de la Primera Gran Guerra, la Gran Pandemia de gripe de 1918 que sesgó la vida de entre 50 y 100 millones de seres humanos. La respuesta abierta, libre, de una cepa de virus por autoafirmarse en el poder en su composición física con otros cuerpos frente a la muerte gratuita, meramente endógena de los hombres. Los virus nos recuerdan en su nobleza que la muerte no es sino por accidente biológico.