jueves, 21 de mayo de 2009

LEER DARWIN.....CON LOS OJOS DE LUCRECIO

Recursos limitados, un pequeño número de hipótesis para explicar la abundancia de formas de vida, una reproducción tediosa que lleva consigo siempre las mismas formas de reproducción repititivas, un medio versatil, he aquí los elementos que se bastan para explicar el origen de los vivientes . La hipótesis de la selección natural es, entre todas ellas, la más seductora, pues da cuenta de la adaptación de lo vivente al medio sin recurrir al entramado de causas y de fines, a la teleología en suma, esa teología secularizada... En principio, así parece, solo que también la hipótesis de la selección natural exhala aliento liturgial-en el fondo tal vez el postrero canto de sirena del Positivismo , como unna última y desesperada concesión al viejo Aristóteles, tan fervoroso él del Orden y del Fin, de la causa y del efecto y de la causa de todas las causas. ¿Cómo no mencionar el eterno ejemplo? En la selección artificial cabe elegir las variedades de perros o de pájaros según criterios utilitarios esteticos ; en la naturaleza por el contrario el medio eliminaría por asi decirlo aquellas especies incapaces de sobrevivir. Y he aquí al sagrado medio como un última humareda de Dios Padre o de la Idea del Bien platónica. En una plalabra : la repetición del orden de perfección que instaura el modelo. Darwin hacía pura y simplemente, también él, teología.Como Marx, como Freud tal vez. Como los seguidores de la Lacan, acaso el último brote sectario con armazón filosófico, de refinamiento comparable al de la Compañía de Jesús ,en el cielo crepuscular de Occidente. Pero restreguémonos los ojos, tratemos de ver claro- ¿ Y si intentásemos contemplar las cosas de otra manera, más seductora , más sugerente, más verdadera: no hay fin , no hay meta ni causa alguna,no hay sentido. No hay nada, salvo...el cuerpo y el vacío o mejor lo raro, el obstáculo y la transparencia. Uno piensa irrecusablemente en el lugar- eventualmente Argentina, Córdoba aquí y ahora- lugares anodinos, caos sin menoria ya: como una pesadilla sin argumento. Alguien como uno, que no es del lugar, puede intentarlo sin reparos, sin prejuicios. Adelante pues. ¿ Qué es lo que ve? Ve eventos que emergen de las cosas y del transcurrir de éstas en el vacío, en ese especie de interesticio en el que ellas se bañan , en el que se desplazan y son,el país , la ciudad mediterránea, anegados en una espesa niebla.Sus gentes carecen de sustantividad, de cuerpo, diríase, pero el lugar, el sitio en donde se mueven, sí lo tiene por ellas.No el país en si, ni la ciudad y sus pobladores, fantasmas los dos, en un deambular incesante por un espacio del que se saben meras siluetas, imagenes de un espejo situado en otro lado y en el que ellas adquieren cierta realidad, sino el lugar: Argentina, Córdoba, que los genera, les da carácter de substancias, Sí, veamos claro:¿Cuántas Argentinas, cuántas Córdobas han permanecido anónimas, sin emerger nunca al ser, y, sin embargo, hubieran podido serlo, con tal del que el lugar les hubiera favorecido? A esta Argentina le favoreció sin duda cierto lugar y espacio, un torbellino absoluto en la total inanidad, del que se nutrió y germinó y al que debe el ser y el existir, su fantasmal existir, puede ser, pero existir sin duda, el que le corresponde por la índole del lugar, su lugar y no otro...Los seres existen por pura física, ya sea como propiedades de los cuerpos ya sea, como es el caso, como efectos o eventos de los cuerpos , a los que deben su historia o mejor su su leyenda. . No hay modelo ni decadencia respecto del mismo. Tampoco adaptación al medio: o hay lugar propicio - y entonces se da el ser , la producción de un ser, o no lo hay- eso es todo. Si no se diera el obstáculo nunca se puediera dar medio alguno ni favorable ni no favorable. Olvidemos al Dios Padre, olvidemos a la Historia, olvidemos la Perfección que supuestamente escruta al acto y nos da tranquilidad. Argentina, oh gran maestra: tú Pedagoga del Género Humano, nosotros somos tus discípulos, ay, ¡no demasiados aventajados-! Cuánto hemos de aprender de ti, de tu no ser casi de ser tanto tu lugar, tu misterioso sitio. ¿ Qué poderes se conjuraron en él para engendrarte? Nunca lo sabremos.Tu peso, tu masa, la desconocemos, todas tus propiedades físicas no son ignotas, mas tú ahí te yergues, como una espiral de polvo sideral , como una poderosa concentración de cuerpo, autoaniquiiladora, sin paliativos demoledora sin por qué ni para qué. Sobre ti reina el lugar, prodigiosa maquinaria de engendramiento nunca barruntada por la especie, nunca preparada por un estadio anterior, jamás anunciando consecucióna alguna de ti misma. Eres Argentina, el anti-Darwin por excelencia- no una adaptación ni una mejora, un destino hacia lo otro: tu perfección. No. Eres algo más que todo eso: un efecto del cuerpo, un evento del mismo, del que no eres propiedad alguna-no tienes masa ni peso ni forma ni figura determinada. Eres como una obscura ressonancia de algún corpúsculo oculto, pero descomunalmente activo.Obras, pero sin dirección, como esos cuerpos escondidos por donde obra la naturaleza en todo su esplendor, caecis corporibus igitur natura gerit res...

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