¿Quieren queso les dan hueso’?
Es evidente que las crónicas amarillas de los hechos criminales ya no nos llaman la atención, y de eso se trata precisamente. Como las declaraciones de una diva, que no se caracteriza precisamente por su brillantez intelectual a propósito del triste desenlace de uno de sus colaboradores. El hecho acaecido, la noticia, otrora producto de la hermenéutica de sesudos analistas, ya no es hoy sino mero espectáculo , y por ende, se perpetúa como mero espectáculo y como necesaria búsqueda de espectáculo. Como las mismas declaracioes de la diva aludida que exhalan un inequívoco relente a espectáculo. Cómo salir de este círculo infernal, sugiere la periodista Victoria Molnar con agudeza. Y bien, salida como tal no la hay: periodistas, público agencias, medias integran ya una constelacion imposible de desbaratar...salvo por la cultura y la educación en los ciudadanos, cosas a las que precisamente el Poder no tiene particular apego. Con ello, la misma cuestión de los Derechos Humanos se ha tornado ya hace tiempo cosa también de espectáculo, es decir, de acaparamiento de un haz o perspectiva de lo que es contable y expresable en imágenes y que a los medias y al negocio anejo les parecen vendibles. En una palabra: se trata de una mera pantalla ideológica que como producto de mercado se puede vender como cualquier otro. De ahí la facilidad con que instaurar un discurso, si se le puede denominar así, a las declaraciones de cualquier persona con vida pública, y de esta suerte, Susana Jimenez o Maradona, o cualquier legislador de exigua cultura y discutible moralidad, pueden debatir con seriedad y gravedad sobre cualquiera de los mencionados temas ante las cámaras con despierte de morbo entre la masa amorfa de televidentes o radioescuchas. Es el mundo en que vivimos, un mundo en que la democracia ya es hace tiempo por cierto una palabra vacía, un flatus vocis que decían los escolasticos. Qué le cabe hacer al periodista en esta circunstancia tan ajena a su esencia y finalidad, insiste esta joven periodista. Me temo que así planteada la cuestión, no ha de llegarse muy lejos, salvo a la perpetuación de lo mismo. Solo acaso nos cabe una rigurosa reflexión sobre el alcance de lo ético, sobre el papel por jugar por parte del estado, y el fracaso de la democracia o su extinción en su figura de democracia burguesa, así como un replanteamiento riguroso del alcance de la esfera de lo político. Vivimos planetariamente el final de una era y el no-comienzo de la porvenir. O nos salvamos todos o, recordemos simplemente las palabras de Paul Valéry: también nuestra civilización es perecedera.
Xavier Zugarrondo
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1 comentario:
Sí, está todo espetacularizado y sinceramente el debate debaría ser sobre la noción de Democracia que como decís está casi vacía de contenido en esta época. Yo creo que todos somos responsables de nuestras sociedades, de nuestra política y de nuestros medios, por eso no considero correcto que en Uruguay la vieja disputa de puertos se imponga como excusa: "argentinos malos, ustedes nos muestran lo peor, nosotros simplemente lo copiamos, pobre de nosotros!, qué malos los porteños!". ¿Qué decir al "mi autoridad emana de vosotros" de Artigas? ¿Seremos lo que debamos ser o no seremos nada, como decía el Libertador? Sinceramente tengo la sensación de estar frente a un abismo en estas cuestiones... Y por cierto soy bien argentina, jaja... un digno producto de esta tierra con todas sus contradicciones y el Uruguay es uno de mis amores... Un abrazo Xaber
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