martes, 10 de marzo de 2009

EL BAILE DE LOS ECTOPLASMAS













SESION ECTOPLASMÁTICA CAPTADA EN EL CONGRESO EN EL MOMENTO DEL RECUENTO DE VOTOS POR LAS RETENCIONES AL AGRO

Ectoplasma errante del Presidente del Congreso



Con frecuencia piensa uno lo contrario: que está asistiendo a una pesadilla de la que se quiere en vano despertar. Pero no, antes al contrario: los fenómenos que nos acechan a los habitantes de este páis son bien reales, dotados de todas las características del mundo real. Es cierto que se trata de seres que se mueven con una lentitud pasmosa, como según numerosos testigos lo hacen precisamente los ectoplasmas,y hasta sus gestos son lentos y torpes, sus rostros inusualmente carentes de perfil, ora largados mostruosamente ora como desvanecidos en una nube gaseosa que de súbito toma forma y se precisa. Sí, todo ello cualquiera de nosotros lo puede comprobar con salir a la calle y trasegar unos minutos por el centro de nuestra ciudad o transitar penosamente cualquier dependecina pública, por el mismo Congreso, por poner un ilestre ejemplo

Mas no nos engañemos: la realidad ectoplasmática es extremadamente sutil. ..Se trata de entidades que puede manifiestamente, asomarse al mundo de los seres vivos y reales con tal presteza e ingravidez que no parecen sino seres vivos-cierto de una viveza simplemente inserta en otra dimensión del ser por cuanto son capaces de colindar el mundo real sin pertenecer de forma alguna al mismo. He aquí su esencia característica y única. Acaso más que ectoplasmas sean pues los habitantes del Congreso de la Nación simulacros, es decir, seres que están por o en lugar de otros seres que, ellos sí, existen, pero de los que forzosamente ignoramos el modelo o esencia, es decir, si hemos de parar mientes en la etimología de la palabra existencia o estar fuera de si. Dichos simulacros pueblan las parajes de Averno o del Orco y se caracterizan por deambular como sombras insaciables ya en búsqueda de la sangre de sus víctimas con que perpetuar su propio sombra eterna ya por infiltrarse amenazantes en el mundo de los humanos por cualqueir manera diabólica que ni el mismo Reverendo Henry Kane sería capaz de desentrañar con toda la dialéctica de su discurso calvinista.


Simulacros o ectoplasmas, lo seres que pululan en el Congreso carecen de gestos, quiero decir, su expresividad no se ha independizado de su expresante. Son por ende meras posibilidades intercambiables entre sí: Menem pudiera pues trocarse en Carrio, ésta en Duhalde que a su vez pudiera ser la materialización de Angeloz.En cuanto al matrimonio presidencial, lejos de constituir una posible Unio Mystica- la cual podría propocionarnos la inegable solemnidad y por añadidura las comodidades inherentes de un mundo sin comicios y elecciones anticipadas propio de la dignidad de una pareja real, en suma de una Monarquía a la argentina-, bien pudiera tratarse de un bipolaridad formal de simulacros según la cual cada una de las formas o fenómenos no es lo que es sino por reduplicacion de la otra. Hay que reconocer que lamentablemente ninguna de las parejas históricas de la República ha revestido ni por asomo el menor atractivo monárquico, pero ello no es un obstáculo para pasar la prueba cuando se piensa en nuestros reyes europeos; tan inexpresivos en su realeza que ya no son sino simulacros de sí mismos, cuando no meras caricaturas de un rey o de una reina de un naipe trasegado. En suma, el Congreso es un espacio cerrado regido por una combinatoria abastracta quasi matemática capaz de existir por sí misma y que, como formas corpóreas extraordinariamente muelles, se interpenetran sin cesar entre ellas en una constante inestabilidad. Su estar siempre pues en lugar de otro las exime justamente de la idea o forma del otro, de tal forma que su esencia no se afirma o defina por referencia a nada: son simplemente en pura inmanencia persistente: en suma, constituyen el universo cerrado de la esquizofrenía más desenfrenada en la que el mundo de lo contingente queda excluido y substituido por el de la necesidad. Ah, todo un tema irrecusable para nuestros demiurgos de la Secta de Lacán- solo que su comprensión y hermenéutica requiere un organo intelectivo sumamente agudo y sagaz, diríase exento de toda propensión a la cofradía; un órgano libre y desembarazo en definitiva de todo prejuicio y su perstición: Tantum religio potuit suadere malorum.






Xaber












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